Durante el primer gobierno de Ramón Castilla, el Perú empezó a vivir una época de apogeo, debido fundamentalmente al ingreso de capitales provenientes de la venta de guano, muchos de estos capitales permitieron el crecimiento del sector agroexportador (basado en algodón y azúcar) ésto implicó que se necesite mayor mano de obra en las haciendas costeñas, los esclavos no satisfacían la demanda y los jornaleros libres tampoco, en esa circunstancia se plantea que la inmigración sería una solución al endémico problema de la falta de mano de obra.
En las circunstancias mencionadas, Manuel de la Torre (diputado) planteó un proyecto que favorezca la inmigración, se decía que el Estado tenía que firmar con los capitalistas contratos por diez años para que estos introduzcan colonos, quienes recibirían una serie de beneficios, como tierra y dinero en efectivo. A pesar de la necesidad el proyecto fue rechazado por la Cámara; el gobierno procedió a realizar un estudio en la costa para determinar que se podría hacer.
Para 1849, el terrateniente Domingo Elías (quien había fundado el colegio Guadalupe de tendencia liberal) consiguió que el Congreso Nacional aprueba una ley que fue conocida popularmente como la ley “chinesca” o “china” (nombre dado por Paz Soldan porque fomentaba la migración de chinos) que fue llamada formalmente La Ley de General de Inmigración.
En las circunstancias mencionadas, Manuel de la Torre (diputado) planteó un proyecto que favorezca la inmigración, se decía que el Estado tenía que firmar con los capitalistas contratos por diez años para que estos introduzcan colonos, quienes recibirían una serie de beneficios, como tierra y dinero en efectivo. A pesar de la necesidad el proyecto fue rechazado por la Cámara; el gobierno procedió a realizar un estudio en la costa para determinar que se podría hacer.
Para 1849, el terrateniente Domingo Elías (quien había fundado el colegio Guadalupe de tendencia liberal) consiguió que el Congreso Nacional aprueba una ley que fue conocida popularmente como la ley “chinesca” o “china” (nombre dado por Paz Soldan porque fomentaba la migración de chinos) que fue llamada formalmente La Ley de General de Inmigración.
Aunque la ley de inmigración fue aprobada en noviembre de 1849, ya Elías había introducido colonos chinos al Perú, luego lo siguió haciendo en forma exclusiva para Lima y La Libertad debido a los beneficios directos que obtuvo con la ley mencionada. Elías uso sus privilegios muchas veces entre 1850 y 1852, para ello usó las siguientes naves la Lady Montague (con 440 chinos), la Empresa (300 chinos), la Albert (245 chinos), la Chile, la Manuela y la Rosa Elías; de los barcos mencionados tres no llegaron a traer a sus culíes, el Albert no llego debido a un motín y tuvo que regresar a China al igual que la Rosa Elías, la barca francesa Chile regresó a China por problemas en su bodega.
Las condiciones de los viajeros chinos no eran nada apacibles, los barcos chineros fueron llamados “barcos del Infierno”, para 1850 se calcula que la tasa de mortalidad durante el viaje era del 33%, en 1854 murieron 47 de 325 inmigrantes culíes. El desprecio por parte de los tripulantes hacia los chinos desencadenó una serie de motines como el del Albert.
La mayoría de los chinos llegados durante la primera migración fueron utilizados para trabajos en las haciendas u otros oficios (jardineros, panaderos, cargadores, obreros) en La Libertad y Lima, no debemos de olvidar que Elías tuvo el monopolio por 4 años para introducir colonos a las zonas mencionadas y obviamente lo supo aprovechar.
El gobierno de Rufino Echenique al ver que la introducción de los culíes aumentaba y que eran sometidos a terribles maltratos decidió mejorar sus condiciones de vida en marzo 1853 y julio de 1854, sin embargo la explotación continuo. Finalmente al vencerse el beneficio dados a Elías, el Congreso eliminó la ley “china” debido a que no lleno las expectativas de la Nación, sin embargo no se prohibió la introducción de chinos, el gobierno de Echenique aclaro que la eliminación de la ley no implicaba que no se podían seguir trayendo chinos, lo que se perdía fundamentalmente era el pago que hacía el Estado por los colonos introducidos de diversas partes del mundo.
Durante el segundo gobierno de Ramón Castilla se procedió a poner fin a la primera inmigración de chinos mediante el decreto de marzo de 1856 que fue publicado en el diario oficial, en ella expresamente se dice que queda prohibida la introducción de colonos asiáticos debido básicamente a que el tráfico de chinos era abiertamente atentatorio de los derechos de los inmigrantes, se planteó que permitir dicha política iba contra los principios de la República.