jueves, 27 de noviembre de 2008

Carlos Lazo García, un gran historiador

www.infomediarios.com

El maestro Carlos Lazo García me enseñó en la UNMSM dos cursos que eran de su completo dominio: Filosofía de la Historia y Fuentes del Perú Colonial, aún recuerdo sus clases y como defendía su posición marxista en las aulas, me da mucho gusto que el Fondo editorial del Pedagógico San Marcos le de un merecido homenaje al editar sus obras, a continucación les presento una invitación enviada por el colega Michael Mendieta para que asistan a la presentación de el tomo III de las obras escogidas del profesor Lazo (QEPD).


El Fondo editorial del Pedagógico San Marcos invita a toda la comunidad académica a la presentacion de su nueva publicacion:

OBRAS ESCOGIDAS DE CARLOS LAZO GARCÍA
TOMO III
LA MONEDA

Publicado a manera de homenaje póstumo a la memoria del maestro e historiador. El texto es una valiosa fuente de información para estudiantes, profesionales y amantes de nuestra historia. Carlos Lazo García fue docente universitario y director de la Escuela Académico-Profesional de Historia de la Universidad de San Marcos. Es autor de Crónicas peruanas de los siglos XVI, XVII y XVIII (1975); Economía colonial y régimen monetario: Perú, siglos XVI-XIX, 3 vols. (1992), y de numerosos estudios sobre la acuñación de monedas en la ceca virreinal de Lima. En colaboración con Javier Tord Nicolini publicó Del negro señorial al negro bandolero: cimarronaje y palenques en Lima, siglo XVIII (1977); Economía y sociedad en el Perú colonial: dominio económico y movimiento social (1980), entre otros libros.

Comentaristas:

Waldemar Espinoza, José de la Puente Brunke y Francisco Quiroz Chueca


día lunes 1 de diciembre a las 5 :30 (hora exacta)

Este evento se realizará dentro de la actividades de la Feria del libro Ricardo Palma de Miraflores- Anfiteatro Chabuca Granda- Parque Kennedy

lunes, 24 de noviembre de 2008

La segunda migración de culíes al Perú (1861-1874)


En 1861, el Congreso del Perú decidió reiniciar la inmigración de asiáticos chinos, la cual había sido suspendida en 1856, pero no debemos de olvidar que durante la prohibición el gobierno permitió que hacendados puedan introducir algunos colonos chinos pero con ciertas condiciones, que al final fueron violadas según Jorge Basadre en su Historia de la República.

El 15 de enero de 1861 el Congreso derogó la prohibición para la introducción de chinos de cinco años atrás, aduciendo que el país necesitaba mano de obra, pues los fundos rústicos estaban siendo abandonados y ello haría peligrar la economía del país, aunque es más seguro que la no beneficiada sería la de los hacendados, pues para esa época empezaba a desatarse el conflicto interno más grande de los EEUU, su guerra civil.

El acontecimiento mencionado emocionó a los hacendados productores de algodón, éstos buscaron como sea tener más trabajadores para producir más, incluso el diplomático norteamericano Ephraim George Aquier nos cuenta que los peruanos buscaron cultivar algodón hasta en Arica, donde la gente cavó pozos para conseguir agua.

La ley que favoreció la inmigración fue publicada en el diario oficial el 23 de marzo de 1861, en ella se expresaba que era muy necesario la importación de mano de obra, china, pues era fundamental para el desarrollo agrícola y por ende del país. La nueva ley china, aprobada a pesar de la oposición de Castilla, presentaba cuatro artículos, los cuáles presentamos a continuación:

Artículo 1
Se permite la introducción de Colonos Asiáticos destinados al cultivo de los fundos rústicos en las costas del Perú, a las artes útiles y el servicio doméstico, con tal que ellos sean contratados directamente por los patrones que los ocupen o sus apoderados en los puertos de su procedencia o en el Perú a su ingreso.

Artículo 2
Los buques que conduzcan asiáticos, no podrán embarcar en ellos más número de colonos que uno por tonelada de registro, bajo pena de quinientos pesos de multa por cada uno de los que excedan.

Artículo 3
Los contrato que se celebren en el extranjero, tendrán efecto siempre que no se opongan a las leyes de la República, quedando prohibido el traspaso de dichas contratas sin el consentimiento del colono contratado.

Artículo 4
Queda derogado el decreto del 5 de marzo de 1856, sobre inmigración de colonos Asiáticos, en cuanto se oponga a la presente ley.

El gran Mariscal Ramón Castilla se negó a aprobar la nueva ley chinesca y la devolvió al Congreso con una serie de observaciones el 24 de enero de 1861, en ellas el presidente y su ministro Manuel Morales refutaban los considerandos del Legislativo para promover la nueva ley inmigración china; el ministro Morales le dice al Congreso que los campos no están desiertos pues, los negros liberados y jornaleros libremente contratados seguían trabajando.

Morales mostraba además que la migración china anterior no había proveído de buenos colonos, sino chinos con brazos raquíticos, enfermos, degradados y corrompidos (muchos chinos tuvieron prácticas homosexuales), no eran lo que la nación necesitaba pues degenerarían a nuestra sociedad, otro argumento en contra fue la crítica a la travesía que tuvieron que hacer los anteriores inmigrantes, las cuales eran terribles. Sin embargo el Congreso decidió llevar adelante su nueva ley chinesca y el negocio de los chinos volvió a activarse.

Si hasta la primera inmigración de culíes se calculaba que se pudieron introducir 15 mil chinos, ahora la suma llegaría a un aproximado de 80 mil culíes, obviamente la parte de la migración china al Perú trajo un mayor número de “colonos”, debido a nuestro entender a que el precio del algodón alcanzó un alto precio producto de la cruenta guerra civil norteamericana.

Las condiciones de cómo se obtenían los chinos en las zonas cercanas a Macao son semejantes en la primera y segunda inmigración. Incluso uno de los sobrevivientes cúlies del Nouvella Penelope, Won Ahee dijo que él por miedo al enganchador Chea Anfock, él asintió venir a Perú, pero que realmente no lo deseaba. Aunque supuestamente el chino decidía si quería venir o no, ello era fácilmente manejable en Macao.

Sobre la mortalidad de los viajes podemos decir que esta disminuyó a partir de 1863, tanto así que de tener un promedio de 33% de bajas por viaje en el primer periodo de inmigración bajo a 6.6% por viaje entre 1863 y 1870, el número de muertes descendió mas aún cuando se ordeno que se embarcase un pasajero por cada dos toneladas del barco. Sin embargo se encuentran casos excepcionales como el de Canevaro & Cia. que culpó a la disentería por sus chinos muertos en el viaje de la Luisa Canevaro.

Los chinos ahora parecían más decididos a no venir al Perú ni América, El Comercio en su editorial del 25 de julio de 1872 comenta que casi no hay barco que trajese 300 chinos que no haya tenido algún incidente desde un motín hasta la destrucción del barco por parte de los culíes. Entre algunos incidentes con barcos que transportaban culíes que sufrieron motines tenemos el Napoleón Canevaro o el Hong Kong de bandera francesa.

En lo referente al número de chinos que llegaron al Perú vemos dos momentos, el primero lo ubicamos entre 1860 y 1870, en este periodo llegaron al Perú aproximadamente 39 mil chinos; para esta primera parte debemos de resaltar que en los años iniciales de la reanudación el porcentaje de mortalidad en los viajes fue muy alto, similar a la primera etapa de la migración, sin embargo luego descendió.

Entre 1871 y 1874, que viene a ser el segundo momento, se considera que ingresaron al Perú unos 40 mil chinos, entre los incentivos que generaron la mayor importación de trabajadores chinos podemos mencionar que la producción algodonera de los EEUU aún era irregular y por ello había buenos precios además en el Perú estalló una “fiebre” por las construcciones durante el gobierno del presidente Balta, durante la última etapa de la Era del Guano o Prosperidad Falaz.

Luego de la larga travesía desde China al Perú, cuando barcos chineros arribaban a nuestras costas y se aproximaban al Callao empezaba la limpieza total del barco para que pase la inspección que se realizaba en el primer puerto de la República. Luego de la revisión sanitaria se procedía a chequear la alimentación, el aseo del buque y las condiciones higiénicas; en este momento acompaña al capitán de puerto un interprete con el objetivo de preguntar a los culíes si han venido por voluntad o a la fuerza.

Cuando un barco chinero superaba todos los controles se procedía a distribuir su “carga”, cuando los chinos habían sido contratados por una sola persona la cuestión era sencilla, el problema era cuando eran muchos los contratantes. A pesar de las acciones del gobierno hubo gente que contrataba chinos para recomercializarlos, incluso se llegaba a ofrecer “chinos acabaditos de llegar” o “dechados de salud y sin impedimento físico” en los diarios de la época.

Los últimos culíes llegaron al Perú en junio y julio de 1874 (ante la prohibición definitiva de importación de chinos) y llegaron como cargamento en los siguientes barcos: Rosalía (371 culíes), Camilo Cavour (661), Emigrante (125) y Lola (351) que fue la última, se calcula que en este último contingente llegaron al Perú unos cuatro mil chinos y obviamente la mayoría se dedicaba a la agricultura.

Bibliografía

BASADRE, Jorge
La Historia de la República. Tomo III. Lima. La República-Universidad Ricardo Palma. 2000.

La Historia de la República. Tomo IV. Lima. La República-Universidad Ricardo Palma. 2000.

CONTRERAS, Carlos y Marcos CUETO
Historia del Perú Contemporáneo. Desde las luchas por la Independencia hasta el presente. Lima. PUCP-IEP-Universidad del Pacífico. 2000.

EDITORIAL SOL 90
Historia Universal. Industrialización e imperialismo. Tomo 14. Lima. Empresa Editora El Comercio. 2003.

LAUSENT-HERRERA, Isabelle
Sociedades y Templos chinos en el Perú. Lima. Congreso del Perú. 2000.

RODRIGUEZ, Humberto
Herederos del Dragón. La historia de la comunidad china en el Perú. Lima. Congreso del Perú. 2000.

Hijos del Celeste Imperio en el Perú (1850-1900). Lima. Instituto de Apoyo Agrario. 1989.

STEWART, Watt
La servidumbre china en el Perú. Una historia de los culíes en el Perú. Lima. Mosca Azul Editores. 1976

TRAZEGNIES, Fernando de
En el País de las colinas de Arena. Tomo II. Lima. PUCP. 1994.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

La República de Indios


Los nativos americanos fueron llamados por los españoles indios, esto se debe a que los invasores en un inicio pensaron que habían arribado a las Indias, a pesar que luego los hispanos se dieron cuenta que estas tierras no eran la India continuaron llamando a los aborigenes indios, incluso en 1524 cuando Carlos I (V) creo el órgano de gobierno americano le llamó Consejo de Indias.

Luego de la aclaración sobre la palabra "indios", los aborigenes del Perú y América fueron agrupados en una comunidad denominada "República de Indios", estos se encontraban en una situación de dependencia frente a la república de españoles ("superiores" por su cristiandad). Entre los indios (indígenas) existían diferencias socio-económicas, en el nivel superior se encontraban los caciques (ex curacas) y sus familias, los denominados indios prosperos y el grupo inferior que abarcaba a los indios del común, los yanaconas y otros.

Los caciques conformaban la nobleza indígena que apoyaba a los españoles en el mantenimiento del orden colonial, por ejemplo colaboraban con el cobro del tributo y la administración de la mita, por su respaldo los caciques estaban exonerados de pagar tributo y realizar la mita, además los nobles indígenas recibían educación, podían desarrollar actividades comerciales y tener propiedades. Se puede afirmar que los caciques eran la bisagra entre el estado español y el pueblo indígena.

Los indios prósperos eran aquellos que habían ascendido socio-económicamente gracias a que se dedicaron al comercio entre nativos o trabajando para otros como "mingados", estos indígenas por lo general habían llegado a las ciudades y en ellas se hacían pasar como indios sin "comunidad" por ello podían trabajar libremente y no pagaban tributo ni hacían la mita.

Los indios del común eran los que vivían en las reducciones toledanas, estos realizaban la mita y pagaban tributo, fueron los grandes generadores de riqueza en la colonia (desde su explotación en las encomiendas) muchos de ellos prefirieron convertirse en yanaconas (estos se volvían siervos de una hacienda y gracias a ello no tributaban ni mitaban). Entre otros tipos de indios tenemos los forásteros y faltriquera. Debemos de recordar que jurídicamente los indios eran vasallos del Rey de España, no fueron esclavos, ello quedo estalecido claramente con las Nuevas Leyes promovidas por Bartolomé de las Casas y dada por Carlos I (1542).

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sábado, 8 de noviembre de 2008

Visitas y la Historia: problemas y posibilidades

Waldemar Espinoza Soriano

Franklin Pease en su obra “Del Tahuantinsuyo a la Historia del Perú” presenta a las visitas como un documento menos voluntario, es decir que su elaboración no tenía una intención personal de presentar un hecho como si lo hacen los cronistas. Supuestamente según Pease la Visita al formar parte de un proceso burocrático puede ser considerado más frío que una Crónica, sin embargo el mismo Pease acepta que estas inspecciones no pueden ser tomadas como un fiel reflejo de la realidad pues al fin y al cabo pasan por un filtro europeo, nosotros entendemos que la información que se nos provee puede ser “directa” sin embargo los funcionarios que la reprocesan tienen sus propios criterios para registrar lo que le proveen los indígenas.

Por otra parte en los estudios contenidos en la Visita de Chucuito, Waldemar Espinoza resalta el tipo de investigación a realizar por el Visitador, Espinoza le da una dimensión social, política económica y demográfica a la Visita y con ello consideró que resalta su valor como fuente documental. Un aspecto importante de esta visita es que se entrevista a los caciques principales de la etnia Lupaca (la cual habitaba el área de Chucuito), pero ello tiene su pro y contra, a favor esta que eran quizá los más indicados para colaborar con Garci Diez, debido a sus conocimientos sobre la zona, pero por el lado negativo surge la posibilidad que puedan ocultar información.

En el estudio etnológico de J. Murra a la visita de Chucuito, incorporada en la misma edición de Espinoza, hay un punto que es muy interesante considerar, Murra resalta la tendencia lascacista de Garci Diez y lo hace ver como una carga que tendría para tratar desarrollar su trabajo. Debemos de recordar que toda persona siempre tienes sus cargas personales al momento de realizar una determinada acción, sería muy interesante en profundizar en las ideas que tendrían los diversos visitadores de los Andes. Murra por otro lado aceptó que las Visitas nos brindan una visión menos Europea del Mundo Andino.

Los historiadores debemos de tener cuidado con la información que se nos presenta en las visitas, pues existe la posibilidad que esta sea falsificada. Como “buenos” funcionarios de la corona los oficiales estatales o religiosos podrían mentir, incluso los mismos curacas y encomenderos lo pudieron haber hecho con tal de mantener sus privilegios. Incluso los propios visitadores tenían que ser muy minuciosos para evitar ser engañados por los interesados, sólo habría que recordar que a los visitadores toledanos se les exigió que revisen los libros de bautizo, matrimonio y defunción de las parroquias para evitar ser estafados.

Guevara y Salomon en un estudio dedicado a la Visita Personal en los Andes ecuatorianos (tomando como referencia a los Collaguazos) realizan un análisis muy crítico de la institución que nosotros llamamos visitas. En primer lugar dejan en claro que para utilizar una visita nunca debemos de verla como una imagen fotográfica de la realidad, siempre debemos de considerar el desarrollo de las inspecciones dentro de su contexto, de una u otra forma se debe de conocer el entorno político de la zona visitada y los personajes que intervienen en la visita (en este aspecto es un trabajo muy interesante el que hace Waldemar Espinoza en la Visita de Chucuito en torno a Garci Diez de San Miguel).

Una fuerte crítica que hacen Guevara y Salomon a la etnohistoria es que muchas veces consideran a los datos provenientes de una visita como si estos fuesen puros, es decir que expresen abiertamente la realidad tal cual ello no es adecuado. Incluso John Murra (citado por Guevara y Salomon) ventiló la cuestión del engaño y la mendacidad en las respuestas de los pobladores andinos. Debemos de recordar que para un hombre andino entrar en la contabilidad de un visitador significaba tener que cumplir ciertas obligaciones con la corona, por ejemplo el tributo y el trabajo en las mitas. Aquí deberíamos hacernos una pregunta básica: ¿ si mintiéndole al visitador obtengo algún benefició? Que haría yo o usted, lo más probable es que con tal de evitar alguna carga, si es que era factible, no diríamos toda la verdad.

Incluso para analizar las vistas de idolatría es necesario conocer el contexto en el cual se desarrollan, debemos tener en claro a los visitadores, los curacas o caciques que intervienen en los procesos.

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jueves, 6 de noviembre de 2008

El Inti Raymi o Fiesta del Sol



Por: Felipe Farfán (texto basado en una entrevista al Doctor Luis Barreda Murillo)

Una de las principales fiestas del pueblo inca fue el Inti Raymi, o Fiesta del Sol, en la cual se rendía culto al Apu Punchao Inca o Sol de los incas. Junio, es un mes importante en el mundo andino, se celebra al dios principal, el sol, su festividad coincide exactamente con la fiesta de la cosecha. Piden –los hombres andinos- que el sol regrese, que trate de volver porque lo sienten muy lejos, hay heladas, hay frío. Por lo tanto es una festividad vinculada a los Apus, al culto del Sol.

De ello podemos deducir que el Inti Raymi es la fiesta más importante dentro de todas aquellas incluidas en el calendario agrícola andino,aunque en el Cusco se celebraba la ceremonia principal. Según Barreda Murillo(1): “El Inti Raymi no solamente se celebraba aquí en Cusco, sino, en todos los territorios donde los incas tenían poder y mando. Por eso hemos encontrado templos al sol, plataformas o usnos, en todos los sitios, como el gran usno de Huanucupampa”.

Con la llegada de los conquistadores y su religión se prohibió la realización de todas las manifestaciones religiosas andinas, no obstante su escencia, características y modo de realización quedaron en la memoria colectiva de los descendientes incas.

La labor prolífica de los intelectuales cusqueños de principios del siglo XX contribuyó al desarrollo del conocimiento del Cusco en todos los ámbitos de las ciencias: naturales y sociales.

Como antecedente, debemos recordar a Un grupo de profesores y dirigentes anónimos de Cusco que organizaron la primera escenificación de un acto teatral al aire libre llamado "DEFENSA Y TOMA DE LA FORTALEZA DE SAQSAYWAMAN"; la escenificación tuvo a los invasores españoles y a los indios, como protagonistas, siendo los personajes centrales el Inca y Cahuide. (Personaje mítico), representado por el indio de Paruro Serapio Carrillo. Mas de Cien indios participaron en la defensa de Saqsaywaman; Perdida la batalla Cahuide se arrojó de una parte alta de las Murallas.

El Inca y su comitiva representados por artistas cusqueños, se presentaron con trajes confeccionados por algún miembro del grupo.

La Revista Mundial, editada en Lima dio cuenta de todos los actos del programa de recepción a los visitantes que llegaron al Cuzco, en un número extraordinario en diciembre de 1928. el Presidente Augusto B. Leguía, que no pudo venir fue representado por sus dos señoritas hijas.

Este programa de recepción, también contó con la presentación de danzas ejecutadas por los campesinos de Urubamba, como la danza de los Siqllas, Canchi de Sicuani y Mistiza Coya de Paucartambo. Al finalizar, la concurrencia premió con aplausos las actuaciónes y la organización del programa.

El doctor Humberto Vidal Unda, nacido en 1906 y a sus 22 años es posible que haya estado presente en Saqsaywaman como espectador; el espectáculo lo habría impresionado, inspirado y motivado suficientemente para que años más tarde, su proyecto de escenificación del Inti Raymi sea considerado por el Instituto Americano de Arte, que de inmediato lo aprobó, en vista que muchos de los socios del Instituto de aquella época pertenecían a su generación.

En 1944, se concretó el proyecto de Humberto Vidal Unda, la escenificación del primer Inti Raymi; la elaboración del guión estuvo a cargo del mismo doctor Vidal, de Rafael Aguilar, Josafat Roel y Faustino Espinosa Navarro,que además representó al inca los primeros 14 años. Debemos apuntar que la escenificación de la Fiesta del Sol solo fue interrumpida en dos ocasiones: la primera en 1950 a causa del duelo ocasionado por el terremoto de ese año en Cusco y 20 años después por la misma circunstancia esta vez en Yungay.

Los datos recogidos por: Cieza de León, Cristóbal de Molina (el Cuzqueño), José de Acosta, Martín De Murúa, Guaman Poma de Ayala, Juan De Betanzos y el Inca Garcilaso de la Vega proporcionan información que permite intentar la reconstrucción de cómo fue esta fiesta; se toma en cuenta también hechos que viven en la mente de los campesinos, y se observan en los rituales que durante el año practican, en ceremonias dedicadas a sus dioses tutelares. Se incluyen además los datos científicos que nos alcanza la arqueología y otras ciencias afines.

Dice Juan de Betanzos en el capítulo XI, de su crónica Suma y Narración de los Incas; en la página 246 que el Inca Yupanqui propuso a los suyos y a los señores del Cusco edificar la Casa del Sol. Luego de la construcción, el Inca Yupanqui mandó que viniesen allí los plateros que en la ciudad había, les mandó que hiciesen un niño de oro macizo, de tamaño y contextura de un año de edad. Representaba al dios Sol con todos los privilegios. Era posiblemente vestido con los tejidos más finos. Esto se documenta con los hallazgos del cerro el plomo en Chile y otras cumbres donde se han encontrado tumbas con ofrendas al Dios Sol. El bulto se tardó en hacer un mes, en cuyo tiempo hubo grandes sacrificios y ayuno.
Esta escultura estaría presente en todas las ceremonias importantes.

Luego de tener la imagen del Sol, tuvieron que hacer de la Luna, considerada esposa y ubicarlos en los recintos del Qoricancha. Terminadas estas tareas Inca Yupanqui ordenó a los sacerdotes la adoración, la difusión del Culto y la construcción de templos por todos los confines del Tawantinsuyo.

Esto significaba señalar un mes para sus celebraciones, y se escogió el " sétimo mes que responde a junio, se llamaba aucaycusqui Intiraymi ; en él sacrificaban cien llamas; decían que esta era la fiesta del Sol..."según las frases de Acosta. "Hase de advertir que esta fiesta, cae cuasi al mismo tiempo que el Corpus Christi"

En todos los centros arquitectónicos importantes construidos por los incas, nunca podía faltar el templo destinado al culto del dios Sol; edificios de piedra bien pulida como en elQorikancha del Cuzco donde se tiene desde el muro de circunvalación hasta los recintos interiores con un fino acabado de cantería empleando la roca andecita de mejor calidad.

En el templo se encontraban los metales y tejidos que los indios ofrendaban a sus dioses, Principalmente al dios Sol. Luego de los arreglos necesarios los recintos y el patio quedaban listos para la celebración, y cuando el Inca y su comitiva ingresaban al Qoricancha se realizaba el saludo con el brindis de la Chicha especialmente preparada para esta festividad; se utilizaban dos vasos o Queros. Con uno se brindaba, a la tierra y los dioses y el otro a los concurrentes a la ceremonia, costumbre que se mantiene en la actualidad entre los campesinos.

El Bulto del Sol o escultura de oro habría tenido su lugar preferencial dentro del edificio, pero no se tiene documentación, porque se recoge datos que fue retirada antes que los españoles ingresaran al Qorikancha y puesta a salvo en algún lejano lugar. A este dios estaban destinados los sacrificios de llamas y las ofrendas. Algunos cronistas mencionan que eran decenas de llamas las sacrificadas. En el Inti Raymi de Cuzco, actualmente se hace un simulacro de ofrenda de una llama. según los testimonios de Guaman Poma de Ayala, se muestra un dibujo que indica la manera cómo los sacerdotes incas extraían las vísceras de estos animales, abrían el cuerpo por un costado (Chillanmanta), introducían la mano y arrancaban el corazón palpitante, luego los pulmones que eran inflados, para luego, a través de las manchas de sangre el sacerdote hiciera sus pronósticos para el Inca y el Tawantinsuyo. Rituales similares hacen los campesinos, hoy.

Otro acto de la celebración del Inti Raymi era la ceremonia del fuego nuevo. Consistía en cumplir la orden del Inca de apagar el fuego en todos los fogones del Cuzco y alrededores con el propósito de encender uno nuevo, obtenido a través de una chipana o espejo cóncavo de oro y con la superficie muy brillante, que permitía concentrar los rayos del Sol y luego al reflejarlos sobre un poco de lana de camélido, encendía una lumbre, que era repartida desde una fogata, instalada a un costado del Usno, en la plaza de Haukaypata; de allí llevaban el fuego a todos los fogones. En la escenificación del Inti Raymi de Cuzco, se hace el simulacro de encender el fuego, se traslada a una cantidad de paja amontonada que se enciende. De allí se reparte por los cuatro suyos.

El personal que participa en esta escenificación consta de un agrupamiento de 90 soldados del cuartel del ejército peruano, que representan a los guerreros del inca; con trajes, algo parecidos a los que el cronista Guaman Poma los dibuja; cada uno lleva un escudo de cartón pintado y en la otra mano un arma, un palo con una estrella de madera. Completan la vestimenta sandalias de jebe y casco que es una especie de gorro.
Un contra sentido total, porque en las ceremonias incas no participaban los ejércitos. Ningún documento del siglo XVI lo certifica.

en documentos tampoco se dice que participaban de la comitiva del Inti Raymi, 25 parejas de mujeres que representan a las ajllas, disfrazadas con vestidos a la rodilla, pero los vestidos eran hasta los tobillos, teniendo para ello a los gráficos de Guaman Poma y dibujos que se representan en la cerámica Inca.

Para enriquecer la escenificación se introdujo el anda para el Inca, de igual manera para la esposa o coya, que dígase de paso no participaba en este tipo de ceremonias, en las que sólo participaban hombres.

Obligatoriamente, participaban los Wirapiricuq, que sacaban de las entrañas del animal sacrificado las vísceras; el Kallpa Rikuq, pastor de las llamas destinadas a los sacrificios; Tarpuntay el sacerdote encargado de cortar con su Tumi o cuchillo sagrado la `parte del cuerpo de la llama sacrificada; el Willaq Uma, supremo sacerdote que se encargaba de hacer los vaticinios en las vísceras de las llamas. Y comunicarle al Inca las buenas o malas noticias.

La entrada del Inca a la plaza del Haukaypata o a la Explanada de Saqsaywaman estuvo siempre presedida por un grupo de ajllas que rociaban flores y acompañadas por los Pichaq, hombres que se encargaban de espantar con escobas de paja a los malos espíritus que podrían haber en el camino. El inca en todas sus participaciones al aire libre, se muestra en los documentos que siempre era acompañado por su kumillo, o jorobado enano que portaba la Achiwa, especie de paraguas o sombrilla hecha de plumas de colores.

El Inty Raymi, se celebraba durante varios días, algunos el Inca, sus sacerdotes y nobles esperaban la salida del sol en el Qoricancha y otros encima del Usno de la Plaza de Haucaypata.

El inca antes de subir al Usno caminaba por alfombras de flores y tejidos de fino acabado. Los sacerdotes y personajes participantes entonan canciones, y los músicos ejecutan melodías para saludar al inca y al sol.

En cuanto al Unku o camiseta del Inca, sí se ha encontrado en museos ejemplares que sirven de modelo para confeccionarlo, como pectoral llevaba uno fabricado de plumas de aves de colores, y en la cabeza la borla imperial atada a la mascapaycha, fabricada de oro, que colocaba en la frente. La capa o manto no tiene hasta ahora un modelo fijo, porque en documentos no se ha enconrado ninguna referencia.

Durante los pasajes de la ceremonia el Inca va brindando con chicha, servida en dos aquillas o vasos de oro, uno para el Sol y otro vaso para el Inca, y otras veces un vaso para el Inca y el otro para la pacha mama o madre tierra, haciendo mención a los Apus o dioses de la tierra, como el Ausangati, Wanakauri, Pachatusan, Salkantay y Saqsaywaman.

La ceremonia del Sanku, o harina de maíz tostado, que se llevaba para hacer comulgar a todos los sacerdotes y el inca que había guardado ayuno. El maíz considerado una gramínea de vital importancia para el sustento de los pobladores incas y preincas, fue deificado y considerado como elemento sagrado, se tenía una mazorca de maíz labrada en piedra, como escultura representativa dentro de la ideología andina; por lo tanto en todas las ceremonias de ofrenda a la tierra siempre tenía que estar presente.

Luego de todos los actos el inca ordenaba el retiro de todos de encima del Usno.