sábado, 8 de noviembre de 2008

Visitas y la Historia: problemas y posibilidades

Waldemar Espinoza Soriano

Franklin Pease en su obra “Del Tahuantinsuyo a la Historia del Perú” presenta a las visitas como un documento menos voluntario, es decir que su elaboración no tenía una intención personal de presentar un hecho como si lo hacen los cronistas. Supuestamente según Pease la Visita al formar parte de un proceso burocrático puede ser considerado más frío que una Crónica, sin embargo el mismo Pease acepta que estas inspecciones no pueden ser tomadas como un fiel reflejo de la realidad pues al fin y al cabo pasan por un filtro europeo, nosotros entendemos que la información que se nos provee puede ser “directa” sin embargo los funcionarios que la reprocesan tienen sus propios criterios para registrar lo que le proveen los indígenas.

Por otra parte en los estudios contenidos en la Visita de Chucuito, Waldemar Espinoza resalta el tipo de investigación a realizar por el Visitador, Espinoza le da una dimensión social, política económica y demográfica a la Visita y con ello consideró que resalta su valor como fuente documental. Un aspecto importante de esta visita es que se entrevista a los caciques principales de la etnia Lupaca (la cual habitaba el área de Chucuito), pero ello tiene su pro y contra, a favor esta que eran quizá los más indicados para colaborar con Garci Diez, debido a sus conocimientos sobre la zona, pero por el lado negativo surge la posibilidad que puedan ocultar información.

En el estudio etnológico de J. Murra a la visita de Chucuito, incorporada en la misma edición de Espinoza, hay un punto que es muy interesante considerar, Murra resalta la tendencia lascacista de Garci Diez y lo hace ver como una carga que tendría para tratar desarrollar su trabajo. Debemos de recordar que toda persona siempre tienes sus cargas personales al momento de realizar una determinada acción, sería muy interesante en profundizar en las ideas que tendrían los diversos visitadores de los Andes. Murra por otro lado aceptó que las Visitas nos brindan una visión menos Europea del Mundo Andino.

Los historiadores debemos de tener cuidado con la información que se nos presenta en las visitas, pues existe la posibilidad que esta sea falsificada. Como “buenos” funcionarios de la corona los oficiales estatales o religiosos podrían mentir, incluso los mismos curacas y encomenderos lo pudieron haber hecho con tal de mantener sus privilegios. Incluso los propios visitadores tenían que ser muy minuciosos para evitar ser engañados por los interesados, sólo habría que recordar que a los visitadores toledanos se les exigió que revisen los libros de bautizo, matrimonio y defunción de las parroquias para evitar ser estafados.

Guevara y Salomon en un estudio dedicado a la Visita Personal en los Andes ecuatorianos (tomando como referencia a los Collaguazos) realizan un análisis muy crítico de la institución que nosotros llamamos visitas. En primer lugar dejan en claro que para utilizar una visita nunca debemos de verla como una imagen fotográfica de la realidad, siempre debemos de considerar el desarrollo de las inspecciones dentro de su contexto, de una u otra forma se debe de conocer el entorno político de la zona visitada y los personajes que intervienen en la visita (en este aspecto es un trabajo muy interesante el que hace Waldemar Espinoza en la Visita de Chucuito en torno a Garci Diez de San Miguel).

Una fuerte crítica que hacen Guevara y Salomon a la etnohistoria es que muchas veces consideran a los datos provenientes de una visita como si estos fuesen puros, es decir que expresen abiertamente la realidad tal cual ello no es adecuado. Incluso John Murra (citado por Guevara y Salomon) ventiló la cuestión del engaño y la mendacidad en las respuestas de los pobladores andinos. Debemos de recordar que para un hombre andino entrar en la contabilidad de un visitador significaba tener que cumplir ciertas obligaciones con la corona, por ejemplo el tributo y el trabajo en las mitas. Aquí deberíamos hacernos una pregunta básica: ¿ si mintiéndole al visitador obtengo algún benefició? Que haría yo o usted, lo más probable es que con tal de evitar alguna carga, si es que era factible, no diríamos toda la verdad.

Incluso para analizar las vistas de idolatría es necesario conocer el contexto en el cual se desarrollan, debemos tener en claro a los visitadores, los curacas o caciques que intervienen en los procesos.

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