martes, 24 de marzo de 2009

El Inca decapitado: Felipe Túpac Amaru


Era el año de 1572, la plaza del Cusco se encontraba atestada de personas entre indígenas y españoles. El Virrey Francisco de Toledo los había convocado para que presencien la ejecución del último Inca de Vilcabamba Felipe Túpac Amaru.

El pueblo al ver a su Inca, con una soga al cuello y las manos atadas siendo escoltado por quinientos lanceros cañaris, pidió su libertad a gritos. Ante este bullicio, el Inca hizo una señal para que guarden silencio. En el tabladillo se encontraba el verdugo cañari que procedió a prepararlo para la decapitación.

El Virrey Francisco de Toledo estaba dispuesto a organizar el Virreinato del Perú;y para lograrlo consideraba que debía estar pacificado,es decir, no debía existir ninguna clase de oposición. Túpac Amaru hasta el final se mantuvo orgulloso e inclusive comunicó que no conversaría con el Virrey Toledo por ser un mayordomo de otro Inca haciendo alusión al Rey de España. El Virrey dio la orden al verdugo cañari y este lo decapitó.

El pueblo al presenciar la muerte de su Inca vio desmoronarse la esperanza de la restauración del Tahuantinsuyo; porque su muerte significó el final de la resistencia de los Incas de Vicabamba. Sin embargo, ante la imposibilidad de cambiar los hechos, surgió en el pueblo andino otra resistencia; esta vez ideológica con el mito del Inkarri que era la esperanza mesiánica del regreso del Inca. Este mito señala que la cabeza decapitada del Inca generaría un cuerpo el cual tomando vida instauraría un nuevo orden o cosmos.

En el mundo andino el Inkarri representa al mundo ordenado. Este mundo ordenado se destruye con la derrota de Inkarrí ante Españarrí instaurándose el caos que acontecía al finalizar una edad andina. Cuando la cabeza del Inkarrí haya formado un nuevo cuerpo bajo la tierra y cuando Él esté completo, el mundo dará vuelta y volverán a gobernar los Incas restaurándose el orden.

El mito del Inkarrí nos permite entender la concepción cíclica de la historia andina; porque el Inkarrí sería un nuevo Pachacutec, es decir, un personaje asociado a cambios trascendentales en el mundo andino que acontece cuando se inicia una nueva edad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

muy bueno. excelente crónica

Angel Yataco dijo...

Muy ilustrativo la crónica, lo felicito.